Noticias /

"El diablo fuma", obtiene el premio a la mejor ópera prima en la Berlinale

El primer largometraje de Ernesto Martínez Bucio competía en Perspectives, la nueva sección del festival dedicada a las óperas primas de ficción. En esta misma sección, en la que participaron 14 películas, también figuraba Duas vezes João Liberada, de Paula Tomás Marques, otra película desarrollada en EQZE.

24/02/2025
\

La 75 edición del Festival de Cine de Berlín, la Berlinale, ha premiado este sábado como Mejor Ópera Prima El diablo fuma (y guarda las cabezas de los cerillos quemados en la misma caja), el primer largometraje  de Ernesto Martínez Bucio, alumni de la cuarta promoción de Elías Querejeta Zine Eskola. Se trata de la primera película desarrollada en EQZE que logra un reconocimiento en la Berlinale. 

Ernesto, enhorabuena. ¿Cómo estás viviendo estas horas? Bien. Con mucha felicidad. Intentando tocar suelo y comenzando a pensar en los nuevos proyectos. El diablo fuma aún necesita acompañamiento, porque hay que hacer ciertas cosas para los festivales que vienen, pero esa película ya anda sola y hay que pensar en las nuevas. Estoy con mi familia ahora mismo, pasando horas con mis padres que hacía mucho que no tenía la oportunidad de convivir con ellos con tranquilidad.

¿Qué esperabas de la participación en un festival de la importancia de la Berlinale? Yo lo que quería es que la película iniciara su camino en una sección competitiva, porque estas secciones siempre tienen más atención. Eso beneficiaría a la película, podría alcanzar más público. Esas eran mis expectativas, pero no sabía cómo iba a ser todo, al ser justamente una sección nueva. La verdad es que ha superado todas mis expectativas. Ha sido un gran acierto de Berlinale crear esta sección Perspectives. Le dieron mucha importancia y tuvimos una buena cobertura mediática. Eso ayuda muchísimo, sobre todo a una película como la nuestra, una obra pequeñita, íntima, honesta, pero también con una apuesta narrativa y estética bastante arriesgada. Creo que podremos tener una salida comercial decente. El público conecta muy bien con el filme. Siento que debemos confiar más en el público, es más inteligente y sensible de lo que muchos creen.

También ha formado parte de la selección de Perspectives Duas vezes João Liberada, la película de Paula Tomás Marques, otra compañera de la escuela. Sí, es verdad. Eso habla muy bien de EQZE. Hay algo que está funcionando bien al interior de esa incubadora de mundos. Yo no pude verla, pero estoy seguro de que es una película maravillosa y me da muchísimo gusto que haya estado presente en Berlinale.

¿Hasta qué punto ha sido importante la escuela para el desarrollo de tu proyecto? Claro. Fue fundamental. Mi proyecto principal del máster fue la reescritura del guion de la película. Ya teníamos autorizado el apoyo del FIDECINE y preautorizado el EFICINE con otra versión del guion que me parecía que no era la película que quería filmar. Decidí aplicar a EQZE y me aceptaron, por fortuna. Luego tuve todavía más suerte cuando me asignaron a Michel Gaztambide como tutor. Michel es un gran maestro, un script doctor buenísimo y mejor persona. Se ha convertido ya en un amigo. Karen Plata se integró a las tutorías, porque el guion lo coescribimos ella y yo. Así, a cuatro manos, tocamos el texto tantas veces que ya no sabemos quién escribió una u otra escena, y se fue gestando esta película que yo siempre digo que es coautoral. Además, todas las clases que tuve también influyeron posteriormente en la dirección que llevé a cabo. En EQZE me di cuenta que era posible hacer otro cine, uno que buscara empujar un poco el lenguaje cinematográfico. Sentía que debía “des-aprender” a filmar para intentar generar un lenguaje propio de la película, con sus propias reglas. Cada maestro que tuve me dio un arsenal de herramientas que me sirvieron para nutrir a El diablo fuma. Recuerdo con mucho cariño las clases de Mariano Llinás, Xabier Erkizia, Ramón Andrés, Jessica Sarah Rinland, Carlos Muguiro, Radu Jude y el mismo Michel Gaztambide. También conocí a Mikele Landa, compañera de la promoción, una chica muy inteligente, sensible y talentosa, quien se convirtió en una de mis mejores amigas y una gran aliada. Mikele fue nuestra script (continuista) en la película, pero se involucró aún más allá de ese rol. Asistió a los ensayos con los niños, estuvo a mi lado en cada toma, explicó cómo desplumar una gallina y compartimos risas y lágrimas.

¿Cuáles son tus planes a partir de ahora? Ahora a disfrutar un poco, pero también a trabajar. A sentirse orgulloso de lo que hemos logrado. Ha sido un trabajo de casi siete años y hay que seguir dando acompañamiento a la película, pero también hay que comenzar a soltarla para podernos enamorar de un nuevo proyecto. Espero que esto abra puertas. Hemos comenzado a desarrollar un proyecto para filmar en el País Vasco. Me expreso en plural porque trabajo siempre con mi equipo, con Odei Zabaleta (DoP), Karen Plata (escritora) e Isabel Muñoz (sonidista). Es un gran reto, pero nos entusiasma afrontarlo. Quisiera dar clases también y poder compartir lo poquito que sé. Y también seguir editando. Yo soy editor y me encanta colaborar con otros directores. Hace poco me dieron la oportunidad de montar un proyecto de Txintxua Films con Koldo Almandoz como director. Es una serie en euskera, Zeru Ahoak, que seguramente se estrenará pronto. En una palabra: a trabajar. El trabajo nunca te abandona, escuché decir a la directora mexicana Lila Avilés, y es verdad.